Alberto Fujimori es despedido en Lima tras tres días de duelo nacional en Perú

Galeria:

    Lima, 14 de septiembre de 2024 - Alberto Fujimori, el controvertido expresidente de Perú, fue enterrado este sábado tras tres días de duelo nacional en el país. La despedida estuvo marcada por el simbolismo y las emociones encontradas, ya que la figura de Fujimori sigue siendo divisiva entre los peruanos.

El cuerpo del exmandatario, que falleció esta semana a los 86 años, fue velado en una ceremonia multitudinaria celebrada en el Palacio Nacional en Lima, con la presencia de familiares, amigos, políticos y simpatizantes. Keiko Fujimori, hija del expresidente y líder de la oposición, fue una de las principales figuras en la ceremonia, declarando que su padre está “libre de odio y venganza”, aludiendo a las controversias y procesos judiciales que rodearon su mandato.

    Dina Boluarte, la actual presidenta de Perú, junto con sus ministros, también acudió al evento oficial en el Palacio Nacional para rendir homenaje a quien fuera uno de los líderes más controvertidos del país. Después de la ceremonia oficial, una caravana se dirigió al cementerio, donde Fujimori fue finalmente sepultado.

    Nacido de inmigrantes japoneses, Fujimori dejó una marca indeleble en la historia del Perú. Durante la década de 1990, cuando asumió la presidencia, el país atravesaba una de sus peores crisis económicas, además de enfrentarse a la violencia desatada por el grupo terrorista Sendero Luminoso. Bajo su gobierno, Fujimori implementó medidas económicas drásticas que ayudaron a estabilizar el país, mientras que su estrategia militar, aunque autoritaria, fue efectiva en la derrota de los insurgentes.

    No obstante, su legado quedó manchado por las acusaciones de violaciones a los derechos humanos y corrupción. En 2000, Fujimori huyó a Japón tras el escándalo de los “vladivideos”, grabaciones que mostraban a su asesor Vladimiro Montesinos sobornando a jueces, legisladores y empresarios para consolidar el poder del gobierno fujimorista. Este evento marcó el declive de su administración.

    En 2009, fue sentenciado a 25 años de prisión por su participación como "autor indirecto" en violaciones a los derechos humanos, entre las que se incluyen los asesinatos de 25 personas a manos de escuadrones de la muerte militares. Estos asesinatos fueron perpetrados durante las operaciones militares contra el terrorismo en la década de 1990. Fujimori fue acusado de haber autorizado dichas acciones para consolidar su poder.

El controvertido indulto
     A pesar de haber sido condenado, en diciembre de 2023, Alberto Fujimori fue liberado tras un polémico indulto otorgado por el gobierno, lo que generó manifestaciones en todo el país. Para algunos, su liberación representó un acto de justicia por haber salvado al país del colapso. Para otros, fue una afrenta a las víctimas de su régimen y una señal de que la impunidad sigue vigente en Perú.

    Durante la ceremonia de despedida, Keiko Fujimori habló emocionada, asegurando que su padre "dejó un legado imborrable", a pesar de las críticas que ha recibido. "Mi padre luchó por el Perú y hoy es recordado por su valentía y compromiso", afirmó.

    Sin embargo, no todos los peruanos comparten esa visión. Para muchos, el funeral fue una ocasión para recordar los crímenes y abusos cometidos durante su gobierno. Organizaciones de derechos humanos han expresado su rechazo a la figura de Fujimori y han solicitado que no se glorifique su legado, argumentando que su mandato estuvo plagado de corrupción y violencia estatal.

    A medida que el féretro de Fujimori avanzaba hacia su última morada, miles de personas se congregaron en las calles para darle el último adiós. Mientras algunos lloraban la pérdida de un líder, otros portaban pancartas con mensajes de protesta. La división sobre su figura se hizo evidente incluso en su muerte.

El legado dividido de Fujimori
    En la memoria colectiva de Perú, Alberto Fujimori sigue siendo una figura polarizante. Por un lado, se le reconoce por haber estabilizado la economía y derrotado al terrorismo. Por otro, su gobierno autoritario, las violaciones a los derechos humanos y los actos de corrupción son difíciles de olvidar para muchos.

   Con su muerte, el debate sobre su legado no ha terminado. Fujimori deja un país que aún lucha por encontrar un equilibrio entre los logros y los errores de su gobierno. La despedida que le ofrecieron sus seguidores refleja la profunda marca que dejó en el país, para bien o para mal.