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     Primero que nada, es importante reconocer que todos hemos estado tristes alguna vez, quizá por alguna ruptura de una relación sentimental, o tras la muerte de un ser querido, podemos llegar a sentirnos enojados, molestos o más irritables de lo habitual, sin ganas de comer y con dificultades para dormir. Generalmente estos síntomas desaparecen después de unos días y no forman parte de una depresión.

    La depresión es una exageración persistente de los sentimientos de tristeza habituales, es una enfermedad grave que podría durar semanas o meses, afecta tanto al cuerpo como a la mente y también afecta a la percepción que tenemos de nosotros mismos (autoestima), afecta la forma en que comemos y dormimos. El tener depresión no indica debilidad personal y no es un estado de ánimo que podamos cambiar a voluntad propia.

    Al ser una enfermedad crónica y recurrente, causa falta de interés e incapacidad para concentrase en el trabajo.

    Algunas de las preguntas más frecuentes que se hace la persona con depresión son: ¿por qué a mí?, ¿por qué ahora? y no existe una razón clara de lo que ha provocado la depresión. Existen una serie de factores que nos hacen susceptibles a tener una depresión y otros que nos pueden aumentar la predisposición a la depresión.

 

Algunos de los factores que nos hacen más susceptibles a la depresión son:

● GENES. La depresión no es hereditaria, no se transmite de padres a hijos. Sin embargo, sí se hereda la predisposición o vulnerabilidad a poder padecer la enfermedad. Esa predisposición aumenta el riesgo de sufrir la enfermedad, pero no significa que,

necesariamente, la depresión vaya a aparecer.

● PERSONALIDAD. Se ha establecido que el temperamento neurótico o neuroticismo predispone a la depresión. También se ha podido comprobar que las personas con rasgos neuróticos de personalidad tienen más riesgo de desarrollar depresión en respuesta a acontecimientos vitales estresantes.

● FAMILIA. Existe evidencia empírica de que muchas actitudes y acciones dentro del entorno familiar influyen tanto en el proceso de génesis como de recuperación de la depresión.

● GÉNERO. Las mujeres son aproximadamente dos veces más propensas que los hombres a sufrir depresión, esto debido a la carga hormonal.

● ENFERMEDADES CRÓNICAS. Las personas que tienen enfermedades crónicas, como artritis , asma, diabetes, cáncer, enfermedades cardíacas, hepatitis C y ataques cerebrales.

¿Tristeza o depresión?

También suelen tener depresión. La depresión también suele presentarse con el dolor crónico. Algunos de los factores que pueden ocasionar la depresión son:

● Estrés y sucesos estresantes en la vida cotidiana.

● Presencia de una enfermedad física.

● Uso y consumo de fármacos.

 

La diferencia entre tristeza y depresión:

 

TRISTEZA:

● Es un sentimiento básico del ser humano, una respuesta natural al dolor.

● Es un sentimiento normal causado por una razón lógica: ruptura amorosa, problema en casa, familia, amigos.

● Se conoce la causa del sentimiento de tristeza.

● En un tiempo breve se recupera la motivación para continuar con las actividades.

● NO ES UNA PATOLOGÍA.

 

DEPRESIÓN:

● Es una enfermedad propia de la salud mental.

● Se presenta con una profunda tristeza, pérdida de interés, infelicidad y falta de energía para realizar las actividades diarias.

● Es el resultado de una interacción entre factores psicológicos, sociales y biológicos.

● Se presenta de manera prolongada afectando la capacidad de trabajar.

● Las personas refieren sentir un vacío existencial.

    Para diagnosticarle depresión a una persona, esta debe presentar síntomas de la enfermedad la mayor parte del día, casi todos los días, por lo menos durante dos semanas y debe ser diagnosticada por un profesional, además de que lleva una serie de pasos y criterios para su correcto diagnóstico.

Esta información tiene fines informativos únicamente. Consulta a un profesional de la salud si tienes síntomas de depresión.