Gaspachos de Neza: la tradición moreliana que conquista a Nezahualcóyotl

   Nezahualcóyotl, Estado de México, (fecha de publicación). La tradición culinaria michoacana encontró un nuevo hogar en el oriente del Valle de México gracias a Seferino Manilla, fundador de Gaspachos Neza, quien desde 2018 se ha dedicado a preparar y reinventar el famoso gaspacho moreliano, convirtiéndolo hoy en uno de los antojos más buscados en la zona.

   El gaspacho, cuyo origen se remonta a Morelia, Michoacán, tiene una historia que, según la tradición oral, inició hace cerca de 70 u 80 años con el Güero de los Gaspachos, un vendedor de fruta muy popular en la plaza de la capital michoacana. La leyenda cuenta que una mujer embarazada, con un antojo particular, le pidió al comerciante una mezcla inusual: piña, jícama, mango, cebolla, chile verde, queso y jugo de naranja. El vendedor decidió prepararlo sin saber si funcionaría. El resultado lo sorprendió tanto, que comenzó a ofrecerlo al público; el éxito fue inmediato, dando origen al hoy tradicional gaspacho moreliano.

   El platillo, inspirado en parte en el gazpacho andaluz pero con identidad propia, se distingue por llevar piña, jícama, mango, jugo de naranja, cebolla, chile verde, queso y chile negro, conocido también como chile samorano. Esa mezcla entre dulce, picante y salada es lo que convierte al gaspacho en una experiencia gastronómica única.

De obrero a emprendedor gastronómico

“Yo antes era obrero, era almacenista en empresas”, comparte Eferino Manilla, quien encontró en la receta tradicional una oportunidad de cambiar su vida. Su primera experiencia con el gaspacho fue gracias a su cuñado, a quien un vendedor originario de Morelia enseñó la preparación básica.

   “Lo probé y fue un sabor tan rico que quieres seguir comiendo”, recuerda. Fascinado por la mezcla de sabores y observando el éxito de su cuñado, decidió aprender el proceso: desde picar la fruta, mezclar los ingredientes, exprimir el jugo de naranja al momento y lograr la textura ideal para que todo se impregnara correctamente.

   En 2018 tomó una decisión clave: dejar su empleo y “calarse” vendiendo gaspachos durante viernes y sábado. Instaló una pequeña mesa cerca de Servicios Administrativos, con vasos de muestra para que la gente pudiera probar su preparación. “La gente empezó a llegar como abejas”, relata. Ese primer día recuperó la inversión, cubrió los gastos del día y tuvo ganancias suficientes para continuar.

   Al ver la respuesta positiva, decidió no regresar a su empleo. Para el segundo día ya sabía que el negocio tenía futuro, aunque reconoce que al principio no sabía comprar fruta en la Central de Abasto y pagaba más de lo necesario. Aun así, su producto empezó a ganar clientes rápidamente.

Nacimiento del “Gaspacho de Nesa”

   Si bien respeta la receta original, Eferino adaptó el platillo al gusto del público de Nezahualcóyotl. En la Ciudad de México, explica, la gente no acepta tan bien la fruta con cebolla y chile verde, así que decidió retirarlos y agregar otros ingredientes como sandía, chamoy, miguelito y tajín, además de conservar el tradicional queso y el chile negro.

   “Sí cambié un poquito el sabor, pero es el mismo concepto, solo más sabrosito”, afirma. Con esa variación nació lo que hoy denomina Gaspacho de Nesa, una mezcla fresca, agridulce y ligeramente picante.

Todo en su negocio se hace artesanalmente:
– La fruta se pica al momento.
– El jugo de naranja se exprime al instante.
– No utilizan máquinas; solo cuchillo y manos.
Esto garantiza frescura y sabor auténtico.

Crecimiento, pandemia y permanencia

Después de un año en Servicios Administrativos, la clientela subió tanto que había problemas de estacionamiento y multas. Por ello se mudó a su ubicación actual: Calle Palacio Nacional 258, Col. Evolución, donde lleva ya seis años, incluyendo el periodo de pandemia, que logró resistir gracias a la fidelidad de sus clientes.

   Además de atender en su local, Gaspachosnesa ofrece servicio para eventos, llegando incluso a zonas como Villas Cinte, cerca de Atizapán, demostrando su expansión en el Valle de México.

Los precios dependen del tamaño del vaso:

45 pesos – vaso chico.

70 pesos – vaso mediano (medio litro).

120 pesos – vaso familiar (un litro, servido “como volcán”).

   Un día promedio prepara entre 25 y 30 vasos, pero en días fuertes ha llegado a vender hasta 70.

   Presencia en redes y apoyo de creadores locales

   El negocio también ha crecido gracias a la difusión de creadores digitales, entre ellos Influendo La Llanta, originario de Nezahualcóyotl, quien con frecuencia visita y recomienda el lugar, generando incluso descuentos temporales para quienes llegan mencionando sus videos.

Gaspachosnesa está disponible en:
– Facebook
– Instagram
– TikTok
– YouTube
   Se pueden encontrar como Gaspachosnesa en todas las plataformas.

Para pedidos o contrataciones de eventos, Eferino comparte su número: