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   Nezahualcóyotl, Estado de México; 27 de diciembre de 2024.- En un contexto económico marcado por la competencia de productos importados y la presión sobre los pequeños productores, la industria zapatera artesanal de San Mateo de Atenco encontró en la explanada municipal de Nezahualcóyotl una oportunidad estratégica para demostrar que el trabajo local, la calidad y la tradición siguen siendo motores reales de la economía regional.
 

.  Durante esta exposición con venta directa al público, el productor Marco Antonio Gallegos, representante de marcas familiares de calzado, explicó que su participación responde a una estrategia de comercialización sin intermediarios, permitiendo ofrecer precios competitivos y, al mismo tiempo, sostener empleos dentro de su comunidad de origen.
   “Somos productores familiares; el calzado no se improvisa, se hereda”, afirmó Gallegos, al detallar que su marca Tepichardo se especializa en zapato de caballero, dama, calzado de descanso y modelos para pie diabético, mientras que otra marca familiar produce botas, zapatillas y calzado bostoniano, todos elaborados con pieles naturales y procesos artesanales.

Economía local frente a importaciones masivas
   Uno de los puntos más relevantes desde la perspectiva económica es la competencia directa con calzado industrial de origen extranjero, particularmente asiático. Gallegos subrayó que, a diferencia de estos productos, el calzado artesanal local prioriza durabilidad, ergonomía y materiales de primera calidad, reduciendo costos a largo plazo para el consumidor.
“No pensamos solo en vender, pensamos en conservar al cliente”, señaló, destacando que el uso de piel de res, ternerita, gamuza, charol y forros naturales garantiza un producto más resistente y saludable para el pie, especialmente en personas con necesidades especiales.
 

   Desde el punto de vista de impacto económico, esta filosofía productiva permite mantener talleres activos, emplear mano de obra local capacitada y fortalecer una cadena de valor regional, en contraste con modelos de importación que desplazan la producción nacional.

Precios competitivos y valor agregado
   Contrario a la percepción de que lo artesanal es inaccesible, el productor explicó que los precios de su calzado oscilan entre 400 y 450 pesos en modelos para pie diabético, mientras que diseños más elaborados, como el bostoniano 100% piel, alcanzan precios de 800 a 900 pesos. Los modelos premium, como botines de piel y gamuza de primera, llegan hasta 1,100 pesos, reflejando su nivel de detalle y materiales.

   Este rango de precios, explicó, resulta más accesible que en centros comerciales, donde productos de menor calidad suelen tener costos superiores debido a intermediarios, renta y marcas globales.
“La relación costo-beneficio es clara”, afirmó, señalando que muchos clientes comparan directamente la calidad antes de decidir su compra.
 

Reconocimiento y competitividad nacional
   El valor económico del calzado artesanal de San Mateo de Atenco también ha sido respaldado por reconocimientos estatales y nacionales. Gallegos reveló que uno de los modelos familiares fue seleccionado como representante municipal en competencias zapateras realizadas en Toluca y posteriormente presentado en Nuevo Laredo, junto a artesanos de diversos estados del país.
Este tipo de distinciones, explicó, no solo fortalecen la marca, sino que posicionan al municipio como un polo productivo especializado, generando oportunidades de crecimiento y proyección comercial.
 

Generaciones que sostienen la economía
   Otro aspecto clave es el carácter generacional del oficio. Gallegos confirmó que pertenece a la segunda generación de zapateros, quienes han sabido modernizar maquinaria, diseños y procesos, sin perder la esencia artesanal.
“Nuestros padres nos enseñaron el oficio y nosotros lo actualizamos”, comentó, resaltando que la adaptación a tendencias de moda ha permitido atraer nuevos públicos sin descuidar a clientes tradicionales.

Exposición como estrategia de desarrollo económico
   La presencia de estos productores en Nezahualcóyotl, del 18 al 28 de diciembre, responde también a una lógica de reactivación económica estacional, aprovechando el incremento del consumo durante las fiestas decembrinas.
Más allá de las ventas inmediatas, el objetivo es generar contactos comerciales, fortalecer la marca y dirigir consumidores hacia los puntos de venta permanentes en San Mateo de Atenco, donde se ubican talleres y zapaterías familiares.
“Damos empleo a nuestra propia gente”, enfatizó Gallegos, haciendo un llamado a consumir productos nacionales como una forma directa de fortalecer la economía local y regional.