Israel intensifica bombardeos en Líbano y Yemen tras la muerte de Nasralá; más de 100 muertos

Galeria: Imágenes de los bombardeos en Líbano y Yemen

    Beirut, Líbano y Sana’a, Yemen – 28 de septiembre de 2024. En una escalada sin precedentes, Israel lanzó una serie de bombardeos masivos sobre Líbano y Yemen en respuesta a la muerte del líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, el pasado viernes. El ataque, considerado uno de los más intensos en la región en años recientes, ha dejado un saldo de más de 100 muertos en Líbano y otros cuatro fallecidos en Yemen, generando preocupación por una posible guerra a gran escala en Oriente Medio.

    Los bombardeos se concentraron en 120 objetivos estratégicos de Hezbolá en Líbano, principalmente en los suburbios de Beirut y en las zonas fronterizas del sur del país, donde la organización tiene fuerte presencia. Las autoridades libanesas confirmaron que entre las víctimas hay 359 heridos, muchos de ellos en estado crítico. El Ministerio de Salud de Líbano advirtió que el número de muertos podría aumentar conforme se continúan las labores de rescate entre los escombros de las áreas afectadas.

    La ofensiva israelí se produce después de la muerte de Hasán Nasralá, líder de Hezbolá, quien fue abatido en un bombardeo en su cuartel general subterráneo en Beirut. El ataque, que también mató a más de 20 de sus principales colaboradores, ha sido considerado un golpe devastador para la organización chií, que ha sido uno de los actores más influyentes en los conflictos de la región. La muerte de Nasralá marca un hito en la lucha entre Israel y Hezbolá, debilitando al grupo pero también abriendo la puerta a una mayor inestabilidad en la región.

    El primer ministro libanés, Najib Mikati, alertó que cerca de un millón de personas podrían verse obligadas a desplazarse dentro de Líbano debido a los ataques israelíes. "Estamos ante lo que podría ser el mayor desplazamiento de población en la historia moderna de nuestro país", declaró Mikati en un discurso a la nación. En muchas áreas, la infraestructura ha sido severamente dañada, lo que ha llevado a que familias enteras abandonen sus hogares en busca de seguridad en otras partes del país.

    La ofensiva israelí no se limitó a Líbano. En un movimiento simultáneo, el ejército israelí lanzó ataques aéreos sobre objetivos rebeldes hutíes en Yemen, tras un ataque con misiles dirigido al aeropuerto de Tel Aviv por parte de los insurgentes. Según las primeras informaciones, los bombardeos en Yemen dejaron cuatro muertos y varios heridos. Yoav Gallant, ministro de Defensa de Israel, subrayó que "ningún lugar está demasiado lejos" para las fuerzas israelíes, destacando la capacidad de su ejército para atacar objetivos estratégicos en varios frentes a la vez.

    Los rebeldes hutíes, respaldados por Irán, lanzaron el misil hacia Tel Aviv en lo que parece ser una coordinación con Hezbolá para intensificar la presión sobre Israel. Si bien el misil fue interceptado por el sistema de defensa antimisiles israelí, el incidente ha provocado una mayor respuesta militar en Yemen, país que ya enfrenta una devastadora crisis humanitaria debido a años de guerra civil.

    A nivel internacional, la reacción ha sido de alarma. Líderes como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el papa Francisco han llamado a la contención y han instado a las partes a evitar una escalada que podría llevar a una guerra total en Oriente Medio. Biden, en una llamada al primer ministro israelí, expresó su apoyo a las operaciones defensivas de Israel, pero también hizo un llamado a la moderación para evitar un conflicto más amplio.

    Sin embargo, la situación sigue siendo extremadamente volátil. Hezbolá ha continuado lanzando cohetes hacia territorio israelí, lo que ha provocado que el ejército de Israel refuerce su presencia militar en las fronteras con Líbano y Gaza. Mientras tanto, en Yemen, las fuerzas hutíes prometen continuar con sus ataques en represalia por los bombardeos israelíes.

    El conflicto ha dejado a Irán en una posición delicada. La muerte de Nasralá, un aliado cercano de Teherán, ha generado un debate interno sobre cómo responder sin involucrar directamente a las fuerzas iraníes en el conflicto. Irán ha condenado los ataques y prometido apoyo a Hezbolá, pero los expertos advierten que una intervención directa podría desencadenar una guerra regional de proporciones catastróficas.

    El futuro del conflicto sigue siendo incierto. Mientras Israel celebra lo que considera una victoria significativa con la muerte de Nasralá, la realidad en terreno es que la región se encuentra en una situación extremadamente frágil, con la posibilidad de un conflicto más amplio siempre presente.

    El impacto humanitario también es grave. Con cientos de heridos y miles de desplazados, las organizaciones internacionales ya están movilizando recursos para ofrecer asistencia a los civiles afectados en Líbano y Yemen. La Cruz Roja y la ONU han advertido que la falta de acceso a alimentos, agua y medicinas podría empeorar la crisis en los próximos días.

    El papa Francisco, en un mensaje emitido desde el Vaticano, pidió oraciones por la paz en Oriente Medio y solicitó a la comunidad internacional que intervenga para evitar más pérdidas de vidas humanas. Sin embargo, hasta ahora, los esfuerzos diplomáticos han sido insuficientes para detener la violencia.