Magda González: De escenarios internacionales a la enseñanza de danza en Ixtapaluca

    Ixtapaluca, Estado de México - 14 de agosto de 2024. Magda González Ramírez, una destacada bailarina y modelo originaria de Ixtapaluca, Estado de México, ha vivido una vida llena de logros artísticos que la han llevado a escenarios nacionales e internacionales. Sin embargo, tras una carrera exitosa, Magda decidió regresar a sus raíces para estar más cerca de su familia, especialmente de sus hijas, y encontró una nueva pasión en la enseñanza de la danza.

   Desde sus inicios en la danza, cuando apenas tenía 6 años en la Casa de la Cultura de Ixtapaluca, Magda se ha dedicado con fervor a este arte. Su trayectoria la llevó a formar parte de algunos de los ballets más prestigiosos de México, incluyendo el Ballet Naucalli en Naucalpan, bajo la dirección de la reconocida Dolores Menchaca, el Ballet de Toluca de SEDESOL, y el Ballet de la Secretaría de Marina, donde además de bailar, también se desempeñó como músico naval.

   A lo largo de su carrera, Magda ha tenido el honor de presentarse en algunos de los teatros más importantes de la Ciudad de México, como el Teatro de Bellas Artes, el Teatro de la Ciudad, el Teatro del Pueblo, el Teatro Morelos, el Teatro de los Insurgentes, y el Teatro Degollado. Además, su talento y dedicación la llevaron a representar a México en escenarios internacionales, así como en diversas regiones de la República Mexicana, compartiendo la rica cultura y tradiciones del país a través de la danza folclórica.

    Pero la vida de Magda no se limitó solo a la danza. Su carisma y presencia la llevaron a trabajar como modelo y extra en varios programas y telenovelas populares de Televisa, tales como Marimar, María José, Alondra, La vida en risa, y XHDRBZ. A pesar de su éxito en el mundo del espectáculo, Magda siempre mantuvo un fuerte lazo con su comunidad y su familia.

    En los últimos cuatro años, Magda ha encontrado un nuevo propósito en su vida al aceptar la invitación de su madre, quien es ejidataria, para dar clases de baile al grupo ejidal de la tercera edad en su comunidad en Ixtapaluca. Para Magda, esta labor ha sido una experiencia profundamente gratificante. "Motivar a las personas mayores y ayudarlas a sentirse alegres, seguras y cómodas consigo mismas a través del baile es lo más gratificante que he hecho", comparte Magda.

    El impacto de sus clases va más allá de la danza. Magda ha sido testigo de cómo el baile transforma las vidas de sus alumnas, brindándoles una nueva forma de expresarse y de encontrar alegría en su día a día. "Verlas disfrutar y superar desafíos con una sonrisa es mi mayor recompensa", dice con emoción.

   La enseñanza de la danza a este grupo ha permitido a Magda continuar con su legado artístico, ahora desde un lugar de servicio y dedicación a su comunidad. Su objetivo es claro: que cada una de sus alumnas se sienta orgullosa de lo que puede lograr, sin importar su edad. "La danza ha sido y siempre será una parte integral de mi vida, y ahora, poder compartir esa pasión con otros, especialmente con quienes han dado tanto a nuestra comunidad, es un honor y un privilegio que valoro profundamente", concluye.

    El trabajo de Magda González Ramírez es un recordatorio de que el arte y la cultura no solo enriquecen la vida de quienes los practican, sino que también pueden ser un vehículo para el bienestar y la transformación social, independientemente de la etapa de vida en la que uno se encuentre.