Celebraciones en Damasco marcan el inicio de un nuevo capítulo en Siria

Galeria:

    Damasco, Siria – 4 de diciembre de 2024. La caída del régimen de Bashar al-Assad, lograda tras una ofensiva de rebeldes islamistas, representa uno de los momentos más trascendentales en la historia reciente de Siria. En la emblemática Plaza de los Omeyas, cientos de combatientes y civiles se reunieron el lunes para celebrar la salida del presidente, quien abandonó el país rumbo a Moscú el domingo pasado.

    “Es indescriptible, no pensábamos que esta pesadilla iba a terminar, estamos renaciendo”, comentó Rim Ramadan, una empleada pública de 49 años, mientras se escuchaban detonaciones de celebración. Las escenas de júbilo contrastaban con la devastación y el humo que aún emanaba de edificios gubernamentales atacados.

Una nación fragmentada tras la guerra

    El derrocamiento de al-Assad pone fin a un régimen de más de cinco décadas liderado por su clan familiar, pero deja a Siria enfrentando profundas divisiones. Desde 2011, el conflicto ha causado más de 500,000 muertes y ha fragmentado el país en zonas de influencia controladas por diversas fuerzas respaldadas por potencias extranjeras.

   China, a través de su portavoz Mao Ning, pidió este lunes “una solución política” que priorice los intereses del pueblo sirio. Por su parte, el ministro turco Hakan Fidan destacó la necesidad de un “Gobierno inclusivo” que represente a todos los sectores de la población.

   Sin embargo, los desafíos humanitarios persisten. Un reciente ataque con drones turcos en el norte de Raqa cobró la vida de once civiles, incluidos seis menores, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Este incidente subraya la complejidad del panorama sirio, donde las tensiones étnicas y territoriales siguen siendo un obstáculo para la estabilidad.

La oposición toma protagonismo

   En un acto simbólico, la bandera de la oposición siria fue izada en la embajada de Siria en Moscú, marcando un nuevo capítulo en las relaciones internacionales del país. A pesar de las celebraciones, líderes mundiales han advertido sobre los riesgos de una transición caótica.

   El grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS), que lideró la ofensiva desde Idlib, se encuentra ahora en una posición de poder, pero su historial de extremismo genera preocupación entre las potencias internacionales.

Perspectivas de reconstrucción

   El camino hacia la reconstrucción y la reconciliación será largo. Naciones Unidas y otros actores internacionales enfrentan el reto de garantizar que los intereses de la población siria sean el centro de cualquier solución política.

   Mientras tanto, en Damasco, el levantamiento del toque de queda permitió a los residentes experimentar una sensación de libertad inédita en décadas. “Llevábamos 55 años con miedo a hablar, incluso en casa”, comentó un emocionado residente.

   El destino de Siria sigue siendo incierto, pero el optimismo en las calles de Damasco es un recordatorio de la resiliencia de su pueblo frente a la adversidad.